La industria de la moda es una de las más contaminantes a nivel mundial, y Colombia no es la excepción. Aunque la moda rápida (fast fashion) ha permitido un acceso más fácil a tendencias globales, también ha traído consigo consecuencias ambientales graves. Desde la producción de textiles hasta el desecho de ropa, la moda contribuye de manera significativa a la contaminación del agua, la emisión de gases de efecto invernadero y la acumulación de desechos en vertederos.
Contaminación del agua
La producción textil requiere grandes cantidades de agua, especialmente en los procesos de teñido y acabado de telas. Se estima que para producir una sola camiseta de algodón se necesitan aproximadamente 2,700 litros de agua, una cifra alarmante si consideramos que muchas de estas prendas son desechadas después de pocos usos.
Además, los residuos químicos de los tintes y otros productos utilizados en la fabricación de ropa suelen ser liberados en los ríos y cuerpos de agua cercanos a las fábricas, afectando los ecosistemas acuáticos. En Colombia, algunas zonas industriales han visto el deterioro de sus fuentes de agua debido a la falta de control sobre los vertidos.
Emisiones de gases de efecto invernadero
La producción masiva de ropa no solo consume agua, sino que también genera una alta cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero. Según la ONU, la industria de la moda es responsable del 10% de las emisiones globales de carbono. En Colombia, aunque no se producen prendas a gran escala como en otros países, el transporte de ropa y la importación de textiles contribuyen significativamente a la huella de carbono del sector.
Acumulación de residuos textiles
Otro problema crítico es el desecho masivo de ropa. Se estima que en Colombia una persona promedio desecha entre 10 y 15 kilos de ropa al año. Gran parte de estas prendas terminan en vertederos, donde tardan décadas en descomponerse, especialmente si están hechas de materiales sintéticos como el poliéster.
Los residuos textiles no solo ocupan espacio en los vertederos, sino que también liberan microplásticos al medio ambiente cuando se lavan o se descomponen, lo que representa un riesgo adicional para los ecosistemas.
¿Qué se está haciendo para reducir este impacto?
En respuesta a estos desafíos, han surgido diversas iniciativas en Colombia que buscan mitigar el impacto ambiental de la industria de la moda. Entre ellas, destacan los movimientos de moda sostenible y la moda de segunda mano como Pangea Moda Sostenible, que promueven la reutilización de prendas y la reducción de desechos.
Además, algunas marcas colombianas están optando por procesos de producción más ecológicos, utilizando materiales reciclados o apostando por prácticas de fabricación responsables con el medio ambiente.
Conclusión
La industria de la moda en Colombia, al igual que en el resto del mundo, enfrenta un reto urgente en términos de sostenibilidad. Si bien se han hecho avances hacia una moda más consciente, aún queda mucho por hacer para reducir el impacto ambiental de este sector. Desde el consumo responsable hasta el apoyo a marcas sostenibles, cada pequeño esfuerzo puede contribuir a un futuro más limpio para las próximas generaciones.
